domingo, 22 de enero de 2012

Ensayo relativo a la clonación con fines reproductivos y terapéuticos

      El texto distribuido en clase hace mención de los distintos fines y críticas relacionadas con la clonación con fines terapéuticos. Indica que las investigaciones van dirigidas a conseguir tejidos para el transplante de personas adultas, implicando dicha clonación la destrucción posterior del embrión clonado del que se han extraído las células de Masa Celular Interna. Muestra a su vez la alternativa de la clonación como medio de reproducción asistido, lo cual suscita críticas por parte del mundo científico y por parte de distintas instituciones éticas. Aunque tal cosa ha existido siempre de forma natural en la Clonación Gemelación que se da en los gemelos monocigóticos, ha recibido quejas en función del bajo porcentaje de éxitos en contraste del alto número de óvulos necesarios, y que en el caso del ser humano esto es un bien escaso; otras, de carácter ético, mencionan el derecho a un padre y una madre y el de ser queridos por sí mismos y no para un fin tercero, además de las altas posibilidades de las alteraciones en los clones. Termina hablando de las diferencias entre las leyes anglosajonas y españolas (de notable parecido y que de un modo implícito o explícito dan a entender que la vida no comienza hasta la anidación) y las centroeuropeas más proteccionistas en función del embrión. Finaliza con que la visión de la Iglesia Católica y de los científicos de convicción cristiana ven esto como una aberración a la vida y como un acto infantil del ser humano que juega a ser Dios.

       Si bien es un tema delicado, dado que depende de un simple factor aún no establecido y lejos de ser aún acordado: ¿es un embrión de menos de 14 días, un ser humano?
       Con respecto a esto último, el qué es un ser humano, podríamos observarlo como un portador de características únicas, irrepetibles e insustituibles, que lo diferencian del resto de especies existentes, como la conciencia, la capacidad de expresarse manifestando sus ideas a través del lenguaje, tiene conocimiento sobre sí mismo y su alrededor, permitiéndole transformar la realidad, conocimiento de sus estados emocionales, tendencia a la autorrealización, capacidad de elección, creatividad y desarrollo en una sociedad, considerando que funciona como una totalidad, tal y como lo define Gabriela Artieda Vega. En este último caso, la creencia de que un embrión sea un ser humano al no haberse formadio en él aún si quiera un cerebro, resulta por lo menos dificultosa.
       Por otro lado, la biología sostiene que la vida infiere la capacidad de nacer, crecer, reproducirse y morir; a diferencia de las rocas, que no cumplen dichas funciones, el no considerarlo humano hasta la anidación sería ponerlo al nivel de estos exánimes seres. Creo que todos no podemos sino concordar en que un embrión en condiciones consideradas normales tiene la perfecta capacidad de nacer y, por ende, crecer; ahora bien, podríamos pensar que no tiene la capacidad de reproducirse, pero atendiendo a este hecho diríamos también que un niño de siete años de edad no podría ser considerado un ser humano, o que un individuo estéril tampoco puede ser calificado con dicho apelativo. Según esto último es por potencia (aquello que no es pero puede llegar a ser) un ser humano; entonces es, potencialmente un ser humano.
       Llamativamente, las correctas definiciones de vida y de ser humano ya citadas, paradójicamente se contradicen entre sí hasta el punto de anularse mutuamente, ¿entonces, qué?
       Consideraría pueril la idea de preguntar a un eclesiástico si un ser clonado podría ser considerado un ser humano provisto o no provisto de alma, dado que su pensamiento se centra en que tal ser no es posiblemente un hijo de Dios, por evidente que fuera su condición de ser vivo y homo sapiens, por tanto diremos de un modo comedido que su postura es dogmática y no dispuesta a debate ni discusión pues todos sabemos lo mucho que saben todos ellos de verdad.
       Llegados a este punto, creo que es evidente que hasta que no se pueda realizar con un método más efectivo u ortodoxo, no tiene cabida en la sociedad ninguno de tales experimentos. A no ser, teniendo en cuenta la libertad personal de cada uno, que sea la propia mujer la que desee donar sus óvulos, aunque teniendo en cuenta que tal cosa ya se produce hoy en día, poco más queda por precisar.